En la ciudad de Santa Marta existe un mercado que está olvidado, personas vulnerables y hasta discriminadas que habitan los hogares particulares, lugares especiales de alojamiento LEAS, asilos, unidades geriátricas y unidades de larga estancia que son desatendidos por desinterés o por simple descuido de nuestra sociedad, son los adultos mayores, no se imagina la impotencia y la imposibilidad que tienen estas personas para valerse de sí mismos y son a causa de las inevitables enfermedades prevalentes en la vejez de un ser humano; los cambios ineludibles como pérdida de energía, fuerza, deterioro de su capacidad auditiva y visual como las cataratas, dificultad motora como la osteoporosis, artrosis, artritis, Ictus y la gota , disminución de las funciones cognitivas como el Alzheimer y Parkinson, Arterioesclerosis de las Extremidades como la diabetes avanzada, Hipertrofia benigna de Próstata, sin pasar por alto los problemas de desnutrición de la tercera edad que los conlleva a problemas irreversibles y tener que ser asistidos por personas capacitadas o cuidadoras que tienen la dificultad de sobrellevar las incomodidades para brindar el bienestar en una tarea tan sencilla de cada día, como es vestirse.
Vale anotar que las instituciones geriátricas especializadas privadas o de caridad nos muestra que la sociedad los estimula en diferentes situaciones como la cultura, la salud, la recreación y el deporte pero en ningún momento esta región se interesa por el vestuario del adulto mayor asistido, diseños inclusivos para apoyar a los cuidadores especializados.
La moda se ha convertido en un círculo tan cerrado que no ha visualizado los cambios cronológicos del ser humano que viene sufriendo debido a afecciones y discapacidades en su proceso evolutivo de la vida. Al igual que las instituciones académicas que encierran al estudiante de modas y le proyectan un estereotipo de consumidor con medidas y condiciones físicas normales.